La ciudadanía en los partidos políticos
Los partidos políticos son importantes, puesto que, de acuerdo con su propósito, representan la vasta cantidad de ideologías a las que bien, pueden dar lugar o pueden seguir. Y es que en eso se basa su enlace con la ciudadanía, en convencerla para lograr la adhesión de más devotos al partido en la medida en que su misión los convoque a ellos.
Pero ¿de qué modo puede profundizar, a largo plazo, su relación con la ciudadanía?
Inicialmente, me parece fundamental que la ciudadanía esté informada respecto de sus opciones a los partidos políticos al momento de tener la firme decisión de querer afiliarse a uno para proceder, posteriormente, a la búsqueda de cuáles representan sus principios e ideales. Pero también se me hace conveniente destacar que, para mí, una persona se titula como ciudadana en el instante en que toma conciencia de las problemáticas de su entorno y asume una postura para intentar transformarlas.
Frente a lo anterior, ¿Cuántos menores participaron en las marchas durante el estallido social?, ¿Cuántas personas han debatido, por medio de sus redes sociales, sobre un tema en particular? Pues ahí, lectores y lectoras, se da muestra de una juventud que exige más que el buen vivir en su generación. Por ejemplo, la gratuidad, un beneficio estatal logrado por el movimiento estudiantil universitario oficializada en la ley fácil de educación superior y gratuidad. Y con lo anterior como evidencia, lo que buscamos y logramos con cada exigencia se materializa en recursos para salir de la pobreza y sus dimensiones. Como dijo Nelson Mandela en una de sus frases célebres: “erradicar la pobreza no es un acto de caridad, es un acto de justicia”. Entonces lo anterior nos invita a ser consecuentes con nuestras peticiones, el cambio que eso implica y la presión en la próxima generación por hacer del país un lugar mejor.
En cuanto a la vida política, esta nos concierne en el sentido más amplio de la palabra, para abrazar transformaciones, mirar hacia el futuro y sin duda avanzar en el perfeccionamiento de la gobernanza para restar prácticas que dañan la convivencia en democracia. Y es que sí, la política implica debates, discusiones, devotos y discursos, pero no olvidemos el hecho de que somos seres pensantes y en antaño fuimos primitivos y la evolución de la especie humana dio paso a la profesionalización de la política, Zoon politikón o animal cívico, indicó Aristóteles en el mundo antiguo, que se traduce en la racionalidad del ser humano para relacionarse en la vida pública, organizar la sociedad y fortalecer la democracia.
De modo que, en conclusión, debemos perfeccionar la actividad política con metas estratégicas para ampliar y profundizar en la relación partidos políticos- ciudadanía en el presente siglo y los próximos años.
Marcia Vanessa Huenchuñir Loncón
Estudiante 1° año de la carrera de Derecho de la Universidad de La Frontera.