Más participación estudiantil más agentes de cambio

 

Cuando pensamos en formación ciudadana, no lo relacionamos inmediatamente con educación ambiental; de la misma forma en que no asociamos vida universitaria con participación y acción política. Sin embargo, como integrante de Acción Medioambiental Universitaria (AMU), he confirmado que son elementos necesarios para la formación. Involucrarse es un acto político, es tomar la decisión de ir más allá de lo académico y convertirse en un agente de cambio. Mantenerse al margen es comprensible cuando observamos que quienes hablan más fuerte acaparan la atención. Necesitamos espacios seguros de expresión del pensamiento.

 

Hemos visto como en los últimos años ha habido un aumento en la difusión de información y lugares de conversación —y debate— en torno a la crisis ecológica y climática, pero ¿es eso suficiente?. Podemos sentarnos a conversar por horas sobre los incendios forestales en Chile, California, Grecia, Brasil, Rusia, África, Canadá. Hablar sobre las rarezas climáticas que están ocurriendo: inundaciones, intensidad de los huracanes, tornados en el sur de Chile, nevadas en Brasil, temperaturas récord en la Antártida y miles de otros eventos desafortunados.  Charlar acerca de la crisis humanitaria que estos eventos significan y de los refugiados climáticos —que se estima serán miles de millones de aquí al 2050—, es terrible, y lo diríamos todos, pero ¿es eso suficiente?.

Pasar a la acción implica salir del “no puedo reciclar”, “nadie en mi familia sabe”, “es que me gusta la carne y no puedo disminuir mi consumo”, “es que es muy difícil que algo cambie”, “¿por qué no vas a reclamar a las grandes empresas, mejor?”. No obstante, esa sensación amarga debemos transformarla porque sí tenemos poder. El poder de informarnos, de involucrarnos, de hacer pequeños cambios. 

En Acción Ambiental Universitaria mantenemos diversos planes de trabajo destinados a fomentar la participación. Tenemos que tener claro que desde nuestras disciplinas existe la oportunidad de aportar y cambiar algo porque el Medio Ambiente debería ser considerado como un factor indispensable, y por tanto la educación ambiental necesaria para el desarrollo de una ciudadanía consciente. El sistema nos ha arrebatado la capacidad de interesarnos, ha agotado nuestra empatía, ha fomentado el individualismo.

 

Fernanda Iturriaga, integrante de Acción Medioambiental Universitaria AMU